Hablar de ética médica no es solo mirar al pasado, también implica entender cómo los valores que la sostienen siguen guiando la práctica médica actual. Desde Hipócrates hasta hoy, el compromiso ético del médico ha evolucionado con la sociedad, la ciencia y las nuevas formas de ejercer.

Hoy más que nunca, reflexionar sobre qué es la ética médica y cómo se aplica en el día a día ayuda a tomar decisiones más conscientes, humanas y sostenibles.

¿Qué es la ética médica y por qué sigue siendo tan importante hoy?

La ética médica es el conjunto de valores, normas y principios que orientan la conducta del médico, tanto en la práctica asistencial como en la investigación. Tiene una función clara: ayudar al profesional a actuar con responsabilidad, respeto y humanidad, especialmente ante decisiones complejas.

Este compromiso no es nuevo. Sus raíces nos llevan a la antigua Grecia, donde Hipócrates ya hablaba de ejercer la medicina buscando el equilibrio entre lo físico, lo mental y lo moral. Su influencia dio lugar a uno de los textos más conocidos de la profesión: el Juramento Hipocrático.

Aunque los retos han cambiado, la ética médica mantiene plena vigencia. Adaptada al presente, sigue siendo una brújula necesaria cuando lo técnicamente posible no siempre coincide con lo éticamente adecuado. Y sigue recordando que, más allá del avance científico, el centro sigue siendo la persona.

Los 4 principios de la ética médica, explicados con ejemplos

En la actualidad, gran parte de la ética médica se apoya en un marco práctico: los 4 principios de la ética médica. Son guías para tomar decisiones clínicas con responsabilidad y sensibilidad.

No maleficencia: evitar causar daño

Este principio parte de una idea sencilla: no hacer daño de forma intencionada. Implica rechazar acciones que, aunque técnicamente posibles, podrían perjudicar al paciente. También alerta sobre los efectos secundarios no justificados o intervenciones que no respeten la voluntad del paciente.

Por ejemplo: evitar pruebas invasivas innecesarias, tratamientos con efectos graves sin beneficio claro, o decisiones clínicas precipitadas.

Beneficencia: actuar para el bien del paciente

No se trata solo de no dañar, sino de hacer el bien. Este principio exige buscar activamente el mayor beneficio posible para el paciente, considerando su contexto, sus valores y sus posibilidades reales.

Ejemplo cotidiano: adaptar un tratamiento a la realidad social del paciente para asegurar que podrá seguirlo sin que ello comprometa su salud.

Autonomía: respetar decisiones informadas

Respetar la autonomía implica reconocer el derecho del paciente a tomar decisiones sobre su salud. El rol del médico es facilitar esa decisión, ofreciendo información clara, veraz y adaptada a su capacidad de comprensión.

Por ejemplo, explicar con honestidad los riesgos y alternativas de una intervención, aunque el médico tenga una preferencia clínica distinta.

Justicia: trato justo y equitativo

La justicia médica se refiere a ofrecer atención sin discriminación y con un uso equitativo de los recursos. Significa tratar igual a quien está en igualdad de condiciones y adaptarse cuando hay vulnerabilidad.

Ejemplo: priorizar recursos limitados en función de criterios médicos y no sociales.

Deontología médica y el papel del código ético profesional

Aunque a veces se usan como sinónimos, ética médica y deontología médica no son lo mismo. La ética nace de la reflexión personal y profesional. La deontología, en cambio, forma parte del marco normativo que regula el comportamiento del médico desde las instituciones.

El código ético médico, elaborado por los colegios profesionales, recoge estos principios en forma de reglas de conducta: qué está permitido, qué se espera y qué no es admisible dentro del ejercicio profesional.

Este código ayuda a resolver conflictos que van más allá de la técnica: confidencialidad, objeción de conciencia, relación con la industria, uso de tecnologías, etc. Es una herramienta que protege tanto al paciente como al médico, y ayuda a mantener la confianza social en la profesión.

La bioética médica: nuevos retos y dilemas del siglo XXI

En las últimas décadas, el concepto de ética médica ha evolucionado hacia un campo más amplio: la bioética médica. La bioética no se limita a la consulta, incorpora reflexiones sobre el impacto de la medicina en la vida, en el entorno y en la sociedad.

Hoy hablamos de bioética en la investigación médica, de ética aplicada a la inteligencia artificial, de protección de datos o de edición genética. También se abre a nuevas preocupaciones: sostenibilidad, impacto medioambiental, derechos de los animales en ensayos, etc.

Un caso práctico de lo que hablamos sería: ¿hasta qué punto puede una IA tomar decisiones clínicas sin supervisión humana? ¿O cómo asegurar el consentimiento informado real cuando se usan datos para fines de investigación?

La bioética no ofrece respuestas cerradas, pero sí marcos para deliberar con rigor y anticiparse a los dilemas emergentes.

Ética médica, bienestar profesional y responsabilidad compartida

La ética médica también protege al médico. Aplicar los principios éticos no es solo un deber hacia el paciente, es una forma de cuidar la propia práctica, especialmente en un contexto de alta presión y toma de decisiones complejas.

Tomarse el tiempo para explicar, compartir decisiones, actuar con justicia o rechazar lo que no se considera correcto no solo mejora el cuidado, también previene el desgaste emocional.

En un entorno donde la vocación convive con la sobrecarga, ejercer con ética también es ejercer con conciencia del propio bienestar.

Aquí es donde entidades como Mutual Médica pueden ser parte del acompañamiento: ofreciendo respaldo, comprensión y herramientas para una práctica más humana y sostenible.