Los primeros pasos en el mundo de la residencia médica

En los últimos tiempos, el número de aspirantes que luchan por introducirse en la apasionante profesión de la medicina no ha hecho más que aumentar

Mutual Médica · 18/05/22 · 5 min

En los últimos tiempos, el número de aspirantes que luchan por introducirse en la apasionante profesión de la medicina no ha hecho más que aumentar. Así lo anuncian los datos más significativos de las pruebas selectivas del pasado año, 2020-2021, donde un total de 15.166 personas de toda España decidieron presentarse al examen más importante de la carrera profesional de cualquier personal sanitario: el MIR.

En la fase de admisión se recibieron un total de 15.166 candidaturas (siendo un 63,8% mujeres), y de estas, fueron admitidas para presentarse al examen 14.452. Llegado el momento, llenaron las aulas de las pruebas 13.332 estudiantes y se ofertaron un total de 7.987 plazas, siendo el número de aspirantes notoriamente superior al de vacantes.

Cabe destacar que, en 2022, el Ministerio ha ofertado 8.188 plazas, tratándose este del mayor número de vacantes de la historia. Según el BOE, la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria es la que ofrece este año un mayor número de plazas, seguida por Pediatría y Áreas Específicas, Medicina Interna y Anestesiología y Reanimación.

Aunque estas son las especialidades que ponen a disposición un mayor número de vacantes, son muchas las opciones entre las que los aspirantes podrán escoger una vez hayan superado el examen MIR, y se conviertan oficialmente en médicos residentes.

La residencia médica, esta etapa en que los médicos escogemos la rama en la que enfocaremos nuestra vida profesional y damos nuestros primeros pasos en el mundo de la medicina, ha evolucionado mucho en los últimos años.

Actualmente, la conocemos como el período de formación del médico en una institución médica en la especialidad escogida, caracterizándose por un conjunto de actividades académicas, asistenciales o de investigación que deben cumplirse durante el tiempo estipulado en los programas académicos correspondientes. Hablamos de todo ello en este nuevo artículo ahora que se han iniciado las asignaciones MIR 2022.

¿Qué entendemos hoy en día como residente médico o MIR?

El residente es un estudiante y trabajador al mismo tiempo, ya que no deja de ser un aprendiz, pero con ciertas obligaciones y responsabilidades laborales que va adquiriendo a lo largo de su formación.

Es muy importante que sepamos diferenciar entre médico interno, aquel que ha terminado la carrera en la parte teórica universitaria y está en la fase final de recibir el título, y el médico residente, que ya está titulado y es estudiante de alguna especialidad médica.

Así pues, tras la finalización de la carrera de Medicina y habiendo superado el examen de acceso a Médico Interno Residente (MIR), los aspirantes iniciamos nuestra etapa como profesionales dentro de la medicina. Una etapa de formación donde los futuros médicos escogemos una especialidad, después de estar 5 años rotando por las distintas disciplinas existentes dentro del mundo de la medicina en el hospital.

Elegimos qué especialidad vamos a realizar, comprometiéndonos con ella a través de la intención de adquirir todos los aprendizajes posibles y los valores necesarios, dejando a un lado la medicina general.

Durante la estancia como residentes, desempeñamos labores que requieren de mucha responsabilidad como profesionales, y por este motivo, actuamos de forma tutelada. Todos los residentes contamos con un tutor MIR, que nos ayuda a formarnos y a adquirir las responsabilidades necesarias para poder llevar a cabo de manera adecuada todas nuestras tareas como profesionales médicos. Es muy importante que, los residentes sepamos y actuemos en línea con las funciones que tenemos encargadas. 

¿Cuáles son las tareas y deberes de un médico residente?

Como médicos residentes, aunque seguimos en proceso de aprendizaje, adquirimos una serie de responsabilidades y tareas que debemos llevar a cabo en nuestro día a día dentro de la formación profesional. Para realizarlas de manera eficiente, es muy importante que las tengamos claras y que cumplamos con ellas.

Estas cambiarán e irán evolucionando en función del año de formación en el que nos encontremos, perteneciendo cada uno de ellos a un nivel diferente (R1, R2, R3…) y dependiendo de la especialidad médica en la que nos estemos formando. En términos generales, estas son las principales responsabilidades que debemos integrar como residentes médicos:

  • Realizar el programa de formación de manera exclusiva, dedicando la totalidad de nuestro tiempo y compromiso, sin compaginarlo con otra actividad.
  • Recibir la formación adecuada siguiendo las pautas del personal docente, ya sea el tutor que se nos ha asignado, o cualquier personal sanitario o figura que forme parte del buen funcionamiento del hospital y del desarrollo del programa de nuestra formación como residentes.
  • Conocer a la perfección los derechos del paciente y cumplir los reglamentos y normas que forman la unidad docente.
  • Realizar las labores asistenciales correspondientes para lograr una mejor competencia provisional, y ayudar a los fines del centro sanitario donde realizamos la residencia médica.
  • Utilización adecuada de los recursos del centro, siempre en beneficio del paciente.

Primeros pasos como profesional: La residencia médica

La residencia surge de la necesidad y el interés de un médico general por ampliar su desarrollo profesional con conocimientos y valores sobre una especialidad médica.

Un factor para tener en cuenta es que los residentes llegamos a esta etapa después de un largo y duro proceso que se caracteriza por realizar actividades que pueden producir mucho estrés. Entre ellos, aprobar el examen nacional de residentes (MIR).

Como médicos residentes contamos con un tutor de referencia y otros profesionales médicos especialistas que supervisan constantemente nuestra labor. Esta formación supone un aumento progresivo de responsabilidades en la especialidad médica que estemos cursando, a medida que vamos adquiriendo las distintas competencias.

La supervisión adopta un carácter decreciente a partir del segundo año. Aunque los residentes podremos recurrir y consultar a los profesionales que comparten nuestra misma unidad, no será necesariamente de presencia física.

Distinguimos tres niveles distintos en la formación de la residencia médica:

  1. Observación directa e inactiva.
  2. Intervención directa con presencia física del tutor.
  3. Intervención directa, sin presencia física del formador, que siempre estará disponible.

Así pues, a partir del segundo año, el residente médico ya es capaz de atender a los pacientes, siempre pudiendo recurrir a la ayuda de compañeros médicos especializados y con mayor experiencia.

La residencia médica es un proceso de formación de 5 años en el cual conoceremos, tanto todo el proceso asistencial del hospital, como las responsabilidades y las consecuencias de la labor médica. Es muy importante que, desde el primer año de residencia hasta el último, adquiramos de manera progresiva las diferentes responsabilidades que nos corresponden como profesionales médicos.

Durante la residencia, daremos nuestros primeros pasos como profesionales dentro del mundo de la medicina, y es muy importante que aprovechemos cada minuto de esta formación para salir bien preparados, lograr convertirnos en excelentes médicos y estar a la altura de esta gran profesión.

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